lunes, 15 de agosto de 2016

Día 10. 4 de agosto. Cochabamba

Vienen Hernán y Ana a buscarnos al hotel a las 10 de la mañana. Las chicas más jóvenes se han ido por su cuenta un poco antes. El desayuno en el jardín con el sol maravilloso, solo hay una mesa pero la aprovechamos a tope todos. El hotel está muy bien situado y salimos paseando tranquilamente.
El nombre de Cochabamba viene de la unión de dos palabras quechuas: q'ucha = lago y pampa = llano, planicie. Originalmente fue fundada por los conquistadores en 1.571 con el nombre de Villa Real de Oropesa, según órdenes del virrey Francisco Álvarez de Toledo (que era de Oropesa, claro), La finalidad era crear un centro de producción agrícola y proporcionar alimentos a las ciudades mineras de la zona, sobre todo a Potosí.

Llegamos a la Plaza 14 de septiembre. El nombre es por la fecha de la independencia de Cochabamba, Es la plaza principal de la ciudad. En ella, siguiendo la norma de que en las plazas principales se concentren los poderes de la ciudad, está la Catedral Metropolitana, el Departamento (lo que sería aquí la Comunidad Autónoma) y el Ayuntamiento. Es una bella plaza rodeada de edificios históricos muy bien restaurados y con unos jardines muy bien cuidados. Una espacio para disfrutar, conversando, paseando, o simplemente sentado viendo pasar la gente, las palomas...
En el centro una preciosa Fuente de las Tres Gracias, compuesta por tres figuras femeninas unidas por la espalda y tomadas de las manos. Esta basada en la antigua mitología griega.
La llamada Columna de los Héroes  fue levantada en 1851 en homenaje a los patriotas de la Revolución de 1810. Es un obelisco en piedra ubicado en la parte central de la plaza, donde están inscritos los nombres de los primeros cochabambinos que dieron el grito de Independencia. En la cúspide hay un cóndor de bronce, llamado El cóndor de los Andes.
Como ya he comentado, en la plaza está la principal iglesia de la ciudad, la Catedral Metropolitana. Al lado, otra muy importante, la Iglesia de la Compañía de Jesús.
Desde el primer momento Cochabamba me pareció una ciudad mediterranea, la luz, los árboles, el ambiente que se respira. Resulta agradable y muy acogedora.
 
Nos encontramos con la calle 25 de mayo y esta placa. La Revolución de Chuquisaca fue el levantamiento popular ocurrido el 25 de mayo de 1.809 en la ciudad de Chuquisaca (anterior nombre de Sucre). Destituyeron al gobernador y formaron una junta de gobierno. Fue reprimido violentamente y el movimiento de Chuquisaca fue deshecho. Este acontecimiento es conocido como el Primer Grito Libertario de América. Aquí un enlace al artículo del diario La Razón de Bolivia conmemorando los 205 años del suceso. 
Para hacer algunas compras antes de comer fuimos a un mercado de artesanía que está muy cerca de la plaza. Tiene muchas tiendas y esta cubierto. Compramos algunas cositas, camisetas, pequeñas figuras de cerámica.... Alex compró un ajedrez con incas y españoles.
Los colectivos, aquí, como en La Paz son muy vistosos y están muy cuidados (me recuerdan a los de Guatemala).
Ojo, esto es una oficina de cambio. Es genial. Nosotros cambiamos por la tarde a una señora, conocida como la chola del sombrero, que estaba con otros dos como tomando el fresco en un puente como si nada, ja ja ja. En este puesto por lo menos lo pone.
Llega la hora de ir a comer. Hernán para unos taxis, les da la dirección y partimos a comer con su familia.
Llegamos a El Palmar. Nos encontramos con la familia de Hernán. Su tío Raul, su hermana Sandra, su hermano Álvaro, su cuñado Fernando y sus sobrinos Santi, Nacho y Vanessa, también está su amiga Elsy, propietaria de BCD Travel, la agencia que nos ha preparado este maravilloso viaje.

Nos dan un recibimiento precioso. Todos muy cariñosos y amables con nosotros. Es un placer conocer a gente así. Y llega la comida, hecha mediante el procedimiento tradicional y prehispánico, Pampaku. Se hace en una especie de horno bajo tierra. Está preparado en plan buffet. Está todo riquísimo.
Este es el primer plato que me sirvo. Había que probarlo todo.
Los jóvenes.
Foto de grupo con la familia. Gracias por vuestro recibimiento y cariño (y por la comida, riquísima).
Las despedidas son siempre emotivas. Ya sabemos dónde tenemos una casa y dónde la tienen ellos cuando vengan a Madrid.
Después de las despedidas y para bajar un poco la comida vamos en el bus a ver el Cristo de la Concordia. Es una enorme estatua sobre el cerro de San Pedro a 265 mts sobre la ciudad. La estatua mide 34,20 metros de altura, Es más alta que la estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro, Desde el mirador hay unas vistas espectaculares de Cochabamba.
Vamos a descansar un ratito al hotel, hasta las siete menos veinte que nos vendrán a buscar para cenar (pero si no hemos hecho la digestión de la comida¡¡¡). Nos pegamos una buena siesta (Sandro y Lourdes ganan el oro). Como a las seis y cuarto nos encontramos abajo. El hermano de Hernán, Álvaro, viene a buscar a los jóvenes, que por la noche tienen una fiesta con los primos.

Cuando se van, entramos en una tienda, al ladito del hotel, de ropa de deporte chula de una marca de Bolivia. Santi compra alguna cosa. Luz y Susana siguen de tiendas y Santi y yo aprovechamos para hidratarnos, nos tomamos una cerveza de litro y medio para los dos (el camarero es brasileño y no nos entendemos con el tamaño). Cuando baja Sandro nos ayuda un poco y aún así nos sobra cerveza. Además, ya han llegado a buscarnos.

Nos repartimos en el coche de Marco y en un taxi y vamos hasta el lugar donde han preparado la cena, Es en Brava, han preparado una mesa bajo una terraza cubierta, donde vamos a compartir unas comidas típicas de Cochabamba. Fantástica la preparación, la presentación y por supuesto la comida.
Aquí tenemos el placer de conocer a los amigos de Hernan y Ana. A partir de ahora Tío Wampi y Anita, que es como les conocen acá.
Comparaten la cena con nosotros, no quiero olvidarme de ninguno. Jimmy, Javier, José, Dólo, Cintia, Berno, Marco, Crissel y César,
Los platos que nos sirven son: Picante de lengua, picante de pollo, habas pejtu, fideos huchu, escabeche pollo, lapping, papalisa, oca, choclo, mote blanco, ensalada y papas. Todo lo han preparado al fuego, en grandes ollas de barro, como lo hacían las abuelas, dicen.


Al terminar la cena, muy agradable, compartiendo experiencias y anécdotas de Bolivia y España y de todos los amigos, Marco, de forma muy sugerente y difícil de rechazar, nos propone ir a su casa a probar un vino, de la zona de Tarija, de una bodega de sus primos, creo. Convencidos nos repartimos en los coches disponibles y fuimos a su casa.

Nos dio bienvenida su precioso perro y nos acomodamos en el salón. Decorado de forma agradable y personal. Observamos sus adornos, libros y fotografías. En el centro, sobre un hueco de chimenea, lucía una fotografía de la selva, en la que se ve la espesura, un río, y el vuelo detenido de un ave, tal vez un cormorán o una garza. Esta foto recibió un premio del National Geografic.

Puso música, al principio tipo jazz, luego un brindis argentino y otros temas, incluyendo uno de Niña Pastori que estimuló a Lourdes. Marco nos hablo del vino, lo catamos y dimos buena cuenta de el. Muy rico.

Javier nos regaló un libro con una selección de sus viñetas publicadas en un diario boliviano. Nos cuenta Ana que es un gran caricaturista, además de pintor y más cosas.

Nos hacemos una foto de grupo, y desgraciadamente ya tenemos que despedirnos
Nos llevan al hotel en dos coches. Sandro y yo vamos con Berno y Dolo. En una gran avenida en la que de repente nos pilla un control. No llevamos encima los pasaportes. Alrededor más de veinte policías y militares.

Sólo se trata de un control de alcoholemia. Un policía después de comprobar luces, mirar la pegatina del coche, y hacer como que mira más cosas, pide la documentación sólo a Berno y le pide que sople, mientras pone la cara, sopla y el policía le pide que repita y señala la nariz acercado la cara. Vuelve a soplar a la nariz del policía y nos da el ok y que podemos continuar. Nos echamos unas risas por el procedimiento tan poco científico para comprobar la tasa de alcohol (y poco efectivo, alguna copita de vino...). Según Marco es porque el vino es de calidad y el policía dio su aprobación ;)

Gracias a todos ellos, amigos de Hernán y Ana, por invitarnos a esta cena tan deliciosa, por compartirla con nosotros y ser desde hoy también nuestros amigos. Un fuerte abrazo.

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