A la siete a desayunar ya que nos recogen a las ocho para ir al aeropuerto. Todos a tope. A por el siguiente destino. Nos despedimos del salar. El lugar donde el horizonte plano y blanco no tiene limite. La belleza de lo simple. Del infinito. Estas impresiones y sensaciones van a ser difíciles de superar. Pero toca continuar y esta a la vista un destino muy esperado. La Paz y..... Cochabamba.